dEspués de un tiempo breve volvió a su burbuja. sEguía intacta. aTravés de su ventana vió cómo pasaban rápidas por la calle las gemelas quincuagenarias con sus horribles blusas rojas iguales y le parecieron hermosas.
eStaba a salvo de mezquindad disfrazada de salvedades que tendían a esparcirse infecciosas por todas las heridas.
hAcía ya siete años que había descubierto que su cuerpo no aceptaba una impuesta primavera y se defendía, como nos defendemos todos sin mirar realmente de qué o de quién...
eNtonces la había encontrado y había sido el mejor hallazgo en años, un lugar donde sentirse segura, donde no preocuparse del parecer, donde las reglas fuesen disparatadamente suyas, los invitados jugarán a Uno, me moriré de miedo cuando tenga que agujerear la pared, los espejos siempre reflejarán a la gente guapa, comeré fideos ramen cuando tenga ganas de llorar y cuando no también, cada día tendré una nacionalidad diferente...
